Recibo este correo y esta fotografía. No puedo menos que compartirla por aquí.

“Sacarlos de las estanterías y hacer instalaciones, esculturas efímeras. Poblar estas construcciones y proyectar otras imágenes. Fotografiarlo todo por partes. La foto final no es el documento de lo que existió por unos instantes, sino la suma de lo que se hizo y se deshizo muchas veces, de lo que se borró y lo que se añadió. No se captura un instante sino el proceso que conduce al fotomontaje final. Como en un viaje, un cuento organizado en un tiempo. Un fragmento de vida donde se definen un comienzo y un final. Y así se vuelve al origen, los libros (...)”.