Sin que sirva de precedente
Los patos pueden hacer de todo aunque a medias. Aves que vuelan ¡pero cómo vuelan! Corren cual ellos mismos. Y ¿les habéis visto nadar? Pues eso, yo como los patos pero ¡sin que sirva de precedente!
¿No les pasa a veces que leen algo interesante, lo guardan con tanto primor que lo dejan olvidado y lo encuentran por azar cuando buscan otra cosa? Pues ese es mi caso y hoy quiero traerles hasta aquí algo que leí hace mucho tiempo en un diario del Sur.
Cierta vez, los animales del bosque decidieron hacer algo para afrontar los problemas del mundo y organizaron una escuela. Adoptaron un currículum de actividades consistente en correr, trepar, nadar y volar y, para que fuera más fácil enseñarlo, todos los animales se inscribieron en todas las asignaturas.
El pato era estudiante sobresaliente en la asignatura natación. De hecho, superior a su maestro. Obtuvo un suficiente en vuelo, pero en carrera resultó deficiente. Como era de aprendizaje lento en carrera tuvo que quedarse en la escuela después de la hora y abandonar la natación para practicar la carrera. Estos ejercicios continuaron hasta que sus pies membranosos se desgastaron, y entonces pasó a ser alumno apenas mediano en natación. Pero la medianía se aceptaba en la escuela, de manera que a nadie le preocupó lo sucedido salvo, como es natural, al pato.
La liebre comenzó el curso como el alumno más distinguido en carrera pero sufrió un colapso nervioso por exceso de trabajo en natación.
La ardilla era sobresaliente en trepa, hasta que manifestó un síndrome de frustración en la clase de vuelo, donde su maestro le hacía comenzar desde el suelo, en vez de hacerlo desde la cima del árbol. Por último enfermó de calambres por exceso de esfuerzo, y entonces, la calificaron con 6 en trepa y con 4 en carrera.
El águila era un alumno problema y recibió malas notas en conducta. En el curso de trepa superaba a todos los demás en el ejercicio de subir hasta la copa del árbol, pero se obstinaba en hacerlo a su manera.
Al terminar el año, una anguila anormal, que podía nadar de forma sobresaliente y también correr y trepar y volar un poco, obtuvo el promedio superior y la medalla al mejor alumno…
Pensemos en la diversidad de alumnos y de alumnas en una escuela que tiene en la homogeneización su camino y su meta.
La diversidad no es una lacra. Es un valor: Precisamente porque somos diversos podemos complementarnos y enriquecernos.
La cultura de la diversidad necesita avivar la sensibilidad hacia el otro.
José Luis Santos Guerra, Periódico“Sur”, del 21 de septiembre de 1999
Salud, cultura, anarquía y felices reflexiones tengan ustedes
Todos estos años he ido a contracorriente de mis amigos enseñantes. Para ellos, la igualdad de oportunidades también implicaba la igualdad de resultados. Así, nadie es mejor que otro y nadie debe suspender, para no ser señalado como torpe. Lo que sólo provoca igualar por abajo y bajar el nivel general. Con los resultados que conocemos.
Me alegro de que por fin el péndulo empiece el camino inverso.
la diversidad es de un valor enorme pero difícil de gestionar en un aula.
Muchas veces el profesor se encuentra atado por el curriculum, el equipo directivo, los resultados y tampoco tiene la formación, ni la autoestima necesaria para romper.
Como resultado resultados mediocres y una cosa que creo que no se consigue es ese fin homogeinizador del sistema educativo ya que los alumnos y alumnas desarrollan su personalidad a persar del sistema educativo.
Entonces porqué tanto énfasis en homogeneizar si no se puede conseguir?
No me canso de repetirlo. ¿Por qué obligamos a todos los niños y niñas a pasar por el mismo aro?. Me parece una aberración. Sobre todo, teniendo en cuenta cómo es el aro: matemáticas, lengua, ciencias, ...
La vida es mucho más rica y más diversa que los contenidos anquilosados, acartonados y decimonónicos que hacemos tragar a los estudiantes.
¡Cuanta frustración estamos generando haciendo correr a los patos!
El fracaso escolar más rotundo no es de los niños, sino del sistema educativo.
Efectivamente, aquí hay mucha tela que cortar, porque además, la propia diversidad es diversa: diversidad Cultural - Económica - Étnica - Gastronómica - Geográfica - Política - Religiosa - Sexual - Social... etc. y eso es lo que nos enriquece, la contaminación de todo esto.
Por otra parte, esta escuela acrítica, disciplinaria, homogeneizadora, jerárquica, segregadora, sexista, transmisiva, etc. no es sino el reflejo de la sociedad en que vivimos de tradición monocultural, individualista, dogmática, de limpiezas étnicas (¿recordamos judíos, árabes, gitanos, etc.?), de etnocentrismo y de pensamiento único.
Lo lamentable es que aún no hemos conseguido la fórmula mágica que combine adecuadamente la enseñanza y la educación. La escuela es la principal responsable del desarrollo intelectual de la chiquillada y como tal debe cumplir su objetivo, pero éste no debe ser convertir sus cerebros en sacos y cacatúas: acumulan y repiten lo que se les ha enseñado. Pero a la vez, la escuela es la responsable de desarrollar las habilidades intelectuales que les permitan incorporar conocimientos acumulativos, progresivos, como para alcanzar en algún momento de su vida adolescente la capacitación necesaria para realizar estudios superiores y éstos pasan por un conocimiento básico homogéneo.
Donde creo que traicionamos a nuestros chavales es cuando no les damos las bases suficientes y necesarias como para que disfruten con ese aprendizaje, el de cualquier materia, independientemente de la posterior decisión de dedicar su vida a ello, lo que hace fallar la motivación y el estímulo para aprender.
"A veces pienso, que la escuela está hecha para formar tarugos: todos con la mente cuadriculada y la cabeza llena
de serrín" ¡Hay gente que cuando ve una
cabeza vacía, se empeña en llenarla!