Sin que sirva de precedente
Los patos pueden hacer de todo aunque a medias. Aves que vuelan ¡pero cómo vuelan! Corren cual ellos mismos. Y ¿les habéis visto nadar? Pues eso, yo como los patos pero ¡sin que sirva de precedente!
Me detuve un instante. Fue algo imperceptible lo que me hizo fijarme más. Tomé la segunda postal e intenté identificar la marisma. De la primera me molestó la presencia de un coche al fondo del paisaje. El mismo coche que aparecía en la segunda postal.
¡No podía creérmelo! ¡Qué bochorno! ¡No era mi ilustre quien me escribía! ¡Y yo, grotesca, le había agradecido las postales! ¡Había sido traicionada, una vez más, por mi vanidad! ¿Pero cómo había sido tan imbécil? ¡Me escribía una marca de coches!
Y ahora ¿cómo deshago el entuerto? ¿Cómo le digo a mi ilustre que he recibido dos postales anónimas y he pensado que eran suyas? ¿Cómo le aclaro, sin descalabro de mi dignidad, que he sido víctima de un anuncio comercial?
Me divirtió el asunto. Me parecí tan ridícula que he estado riéndome de mí misma una buena tanda de días. Saludable. Y pasé a esperar la tercera postal.
Y efectivamente me llegó una carta firmada por el Director de Marketing de una conocida marca de automóviles. Me proponía cinco noches en un Parador si accedía a comprar y, en un papel amarillo adherido a un folleto publicitario, el siguiente mensaje: Qué, ¿te gustaron las postales?. Pues este es mi secreto. Échale un vistazo y comprobarás lo fácil que resulta salirse del camino marcado.
En realidad la firma era Rx4 pero mi engreimiento me había hecho leer lo que no ponía. Y aquí ando, intentando decidir si me lanzo a conocer al/a la creador/a de la campaña, autor/a de semejante entuerto -porque se sale del camino marcado- o si perderme directamente por esos parajes, para darme un baño de humildad. Sola, naturalmente.
Chica, pues yo que tu me iba a la promoción, me compraba el buga si hace falta (tienes un mes de garantía y puedes devolverlo, como un walkman), me lo hacía con el más macizo de los del marketing en el interior del vehículo, le sacaba fotos y las colgaba en Inernet para escarnio público.
(¿se me nota que me he quedado con mal sabor de boca?...ay, putos misteriosos caballeros, nunca están cuando se los necesita).
He tenido la suerte de leer los tres últimos seguidos. Jo, Jaio, vaya pasada. Lo ha contado usted tan bien que todavía no se me borró la expresión de pasmo. ¡Joder con las campañitas publicitarias! Y con el caballero, al fin, ¿qué pasó?
teki no está mal la propuesta de adquirir el buga y dejárselo hecho un asquito, porque se trata de eso ¿no? y luego podría colgar las fotos de intennés o, lo que es lo mismo, colgar a alguno de sus webs.
peke pasmo el que me dio a mi. Y menos mal que me di cuenta antes de recibir el tercer envío. ¿Se imagina el chasco si llego a enterarme cuando abro la propaganda? Bueno, probablemente no me habría enterado porque yo tiro sin miramientos la propaganda que me llega por correo (y más si es de coches). Del caballero... tengo para otra historia para contar. Deme tiempo y verá.
descalza al menos me provocó la risa y la admiración por ese trabajo tan bien hecho. Aún cuando no he comprado el coche... han fijado en mí un nombre y un modelo y eso es mucho más de lo que cabría esperar. Y encima ahora ustedes conocen la campaña.
Y no vea lo que se agradece la información. No porque tengamos caballero que nos ladre, sino para no quebrarnos el coco pensando en quién nos puede mandar postalitas de esas. :)