Sin que sirva de precedente Los patos pueden hacer de todo aunque a medias. Aves que vuelan ¡pero cómo vuelan! Corren cual ellos mismos. Y ¿les habéis visto nadar? Pues eso, yo como los patos pero ¡sin que sirva de precedente! |
La tiranía del débil
(En el saco de: Autodivan) Pongamos en claro los términos. Cuando hablo de poder me refiero a poder como autoridad. Hablo de la autoridad que ejercemos, unas personas sobre otras. De la autoridad, como concepto de relación interpersonal, que va más allá del poder institucional, legal, económico, social o político. Yo creo que todos tenemos una cierta dosis de poder. El poder, la autoridad, no depende tanto de la persona que lo ejerce como de la actitud que los que tiene enfrente adoptan ante quien lo ejerce. Así, en un extremo estarían los se abrogan el poder y los lameculos que se lo reconocen y en el otro los que tienen poder porque se lo damos los demás y no lo ejercen, aunque pudieran. Y entre estos dos extremos hay infinidad de matices. No es malo tener poder, lo que es malo es el uso que de él hacemos. Yo tengo poder sobre mis hijos, la opinión que yo tenga de ellos es tan importante para ellos que puedo influir en sus vidas de una forma muy sutil o muy zafia, y también puedo ser consciente de este poder que ellos me otorgan y no hacer uso de él, pues se convertiría en abuso. Y del ejercicio que yo haga de ese poder que me otorga el ser su madre, se desprenderá la posibilidad de ganarme su respeto y, por lo tanto, la autoridad sobre ellos, o que lo pierda irremisiblemente. Hay muchas personas que tienen poder sobre mí. No me refiero a las que pueden decidir sobre mi presente o mi futuro, sino a aquellas de las que me importa su opinión, su cariño, su aprobación. Probablemente muchas de estas personas ignoren la autoridad que yo les otorgo, pero la tienen desde mi consentimiento y la perderán en el momento en que me demuestren que no son dignas de ella, porque usen de ese poder o abusen de su autoridad sobre mí, por medio del chantaje. El respeto y la autoridad no se imponen, se los gana uno. Pero lamentablemente siempre hay personas que, cuando no son capaces de ganárselo, han de recurrir a la fuerza. Ahí creo que se halla el núcleo. Los que hacen mal uso del poder es porque no saben ganarse el respeto ajeno por sí mismos y por tanto necesitan imponerlo, imponer su autoridad. Así, el mal uso del poder y de la autoridad solamente se da en los débiles, en la gente que ni siquiera se respeta a sí misma. Son los débiles los que han de hacer uso y abuso de la fuerza para que el resto les tema, porque es ahí, en el temor ajeno, donde encuentran la satisfacción que no han hallado en su propia estima. La tiranía del débil se manifiesta de múltiples maneras. No olvidemos que hay formas muy sutiles de ejercer el chantaje y la coacción. El trabajo personal consiste en discernir cuándo ha llegado el momento de no ceder a la imposición, al atropello al que intentan someternos. Primero por respeto a nosotros mismos y segundo por rechazo a la dominación ajena. El dominio sobre nosotros mismos, en definitiva, lo debemos ejercer nosotros y solamente así podremos seguir respetándonos. La raíz de todo ello está en la ausencia de libertad por parte de quien se siente oprimido o acosado. Libertad a la que uno ha renunciado o no ha sabido trabajar. La libertad que nos permite distanciarnos de los "poderosos" por decreto. Cierto que ese "ser libre" y mantenerse indiferente ante las presiones externas suele resultar sospechoso y nada "recomendable" para quienes necesitan imponer su autoridad. Suele terminar uno teniendo fama de "conflictivo". Pero, precisamente, ese "saberse libre", ese rebelarse ante cualquier tipo de chantaje o de imposición irracional, da tal cúmulo de satisfacciones que se lo recomiendo vivamente a todo el mundo. Aunque se pierdan las simpatías de los "poderosos". Y en el peor de los casos, siempre podremos aplicarnos este dicho del que lamento desconocer su autoría "Perdona a tu enemigo. No hay nada que le irrite más" ¡Salud y anarquía! Feliz fin de semana. El lunes volveré a la carga. Referencias (TrackBacks)URL de trackback de esta historia http://jaio-la-espia.blogalia.com//trackbacks/11091
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