Sin que sirva de precedente
Los patos pueden hacer de todo aunque a medias. Aves que vuelan ¡pero cómo vuelan! Corren cual ellos mismos. Y ¿les habéis visto nadar? Pues eso, yo como los patos pero ¡sin que sirva de precedente!
Ya he vuelto. Bueno, en realidad nunca me fui, pero estuve en silencio. Ha sido mes y medio demencial de trabajo. Poco a poco he ido desatascando el desagüe y les iré poniendo al corriente.
Y he vuelto para cantar a un amigo, admirado y querido. Siempre he sentido una profunda admiración por las personas que pueden transmitir tanto con tan pocas palabras.
Y sé que el mundo no será lo mismo antes y después de pasar Mikel Laboa por él. Y esa deberia ser la aspiración de todo ser humano. La letra de la canción es del poeta y músico Joxean Artze. Un referente de la cultura vasca, fue uno de los creadores e ideólogos del grupo "Ez Dok Amairu" de nueva canción vasca, junto con Mikel Laboa, Xabier Lete, Benito Lertxundi, Lourdes Iriondo, según recoge la enciclopedia vasca Auñamendi.
Mikel Laboa compuso una de las canciones de AMOR verdadero más bellas que yo jamás haya oido, cantado, tarareado y llorado. Pongo su letra en euskera, tal como él la concibió, y la traducción al castellano para quien no pueda saborearla en origen.
Hegoak ebaki banizkio
nerea izango zen,
ez zuen aldegingo.
Bainan, honela
ez zen gehiago txoria izango
eta nik...
txoria nuen maite.
Si le hubiera cortado las alas
habría sido mío,
no habria escapado.
Pero así,
habría dejado de ser pájaro.
Y yo...
yo lo que amaba era un pájaro.
Sencillamente AMOR. Que suene por los siglos.
Salud, cultura, anarquía y amores verdaderos disfruten ustedes.
Tengo ahora mismo delante un CD de Mikel Laboa: la grabación de un espectáculo que ofreció en agosto de 1999 en el teatro Victoria Eugenia, que incluía un concierto con sus músicos habituales y en una segunda parte tres temas de Mikel Laboa acompañado por el Orfeón Donostiarra y la Joven Orquesta de Euskal Herria, entre ellos ese hipnótico Baga-biga-higa que suena en esa versión en el documental La pelota vasca.
Ese CD me lo regaló usted hace cinco años, a finales de diciembre de 2003, así que aunque Laboa fuese donostiarra (y de la parte vieja, para que no haya dudas) para mí siempre estará asociado a Bilbao, algo por otra parte muy razonable en un músico que amaba tanto a Bertold Brecht.
mi familia y yo nos fuimos hasta Buenos Aires a casar una sobrina mitad francesa y mitad Bilbaina, con un chico mitad argentino y mitad italiano. En la ceremonia les cantamos esa canción porque es lo que deseabamos para ellos, que el matrimonio no les corte las alas y que sigan siendo pájaros. No veas como lloraban todos...
En tres palabras: Gracias, Jaio, Nati. Lo demás que lo siga cantando la canción. Querernos así, con esa exigencia, con ese respeto e incondicionalidad. Cuídate y sigue cuidando de los tuyos.
Recientemente estuve en el Festival Norpas de Finlandia. Allí El niño de Elche nos regaló el último día esta versionaza del poema de Laboa del que habláis aquí (seguida de una versión del Everybody knows de Leonard Cohen).