Metoro es una aldea como las de las películas: chozas de paredes de barro y techo de paja. No tiene calles porque cada familia construye donde quiere. La tierra es del Estado así que es de todos. No hay latifundios ni terratenientes. La tierra aquí no es un problema. Las chozas duran poco (máximo cinco años) y cuando se caen, se van un poco más allá para hacer otra.

No hay luz, aunque ya está hecha la instalación eléctrica. Quizás llegue antes de final de año. Las noches (que duran de cinco de la tarde a cinco de la mañana) son preciosas. Las estrellas brillan más que en ninguna parte. Los atardeceres y los amaneceres son increíbles… Ni comparar con todas las postales que se puedan encontrar y por supuesto con todas las mejoras que se quieran hacer en las fotos… Inigualables. Se vive a la luz de linternas o velas o lámparas de petróleo.

Tampoco hay agua en las casas. Hay pozos en los que hacen inmensas colas durante el día y la noche para coger agua para lavar, cocinar, bañarse… Parece que al final de la época seca, no hay agua ni en los pozos, por lo que la gente busca ahorrarla. Ahora estamos a mitad de la seca, que parece que es una estación bastante larga. Algunos tienen una cisterna donde llegan las aguas de la lluvia y así durante la seca tenemos un tiempo en que la aprovechamos. Para valorar lo que supone el agua, que es tan importante y con lo que se está tomando tanta conciencia, podéis intentar coger una jarra de medio litro de agua y conformarse con eso para lavarse los dientes, la cara y las manos al levantarse. De verdad: sobra. También una se da cuenta que basta con un balde de agua para bañarse, lavarse la cabeza y lavar la muda… sobra.

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Hoy ha llovido. Primera vez desde que llegué aquí hace mes y medio… Bendición de Dios para esta tierra que no tiene agua corriente ni embalses. ¡Qué bien huele la tierra mojada! ¡Qué verdes son las mangueiras, las papayeiras y las cajueiras limpias de polvo! ¡Qué fresquito se siente después del calurón que precede la lluvia!... No ha sido tormenta tropical, no ha sido ciclón destructor… Ha sido eso: Bendición de Dios a esta tierra que mana leche y miel. Después de esta lluvia, la gente vuelve a pensar que la vida es posible y tiene fuerzas para aguantar hasta la próxima lluvia. . .