Sin que sirva de precedente
Los patos pueden hacer de todo aunque a medias. Aves que vuelan ¡pero cómo vuelan! Corren cual ellos mismos. Y ¿les habéis visto nadar? Pues eso, yo como los patos pero ¡sin que sirva de precedente!
21 son los relojes a los que he tenido que ajustar la hora esta noche (no, no lo hice ayer, ya saben lo que me gusta llevar la contraria). La tarea me ha llevado en total 1.620 segundos, lo que hace una media de 77,1428571428571 segundos por reloj. No son muchos, claro que mirados de forma aislada, porque ¿saben ustedes la cantidad de cosas que puede hacer un ordenador con 1.620 segundos por delante, mientras yo ando dando vueltas al manubrio?
Hace unos días un gran amigo, que se hospedó en Olabeaga Jauregia, me hacía caer en la cuenta de la cantidad de relojes con los que me rodeo. Relojes de muñeca/bolsillo (7), relojes de pared (4), relojes de horno (1), relojes de artilugios varios (radio - video - despertador - móvil) (6), relojes de sobremesa (3). Obviamente no los he comprado yo todos, me los regalan, y por ello tienen un noséqué que quéséyo que no puedo dejarlos parados. ¿Es muy grave, doctora?
Yo, desde luego, para Octubre me apunto al invento de Atalaya. Eso sí, a ver cómo me pongo a punto el reloj biológico.
Salud, cultura, anarquía y buenos alimentos tengan ustedes.
Yo estuve unos días de turismo en Portugal... El domingo hice el camino de regreso contando con llegar temprano para poder descansar bien del viaje (para mí temprano es a eso de las 22:00). El problema, sí a eso se le puede llamar problema viendo lo que vemos cada día, fue que al llegar no había contado con la hora de menos lusa (maldita manía de atrasar el reloj al cruzar la frontera). Cuando ya me había hecho a la idea de que eran las 23:00 me entero de que, por ahorrar electricidad o no se qué, me habían añadido una hora más sin avisar (¿quien ve telediarios en semana santa?) así que a las 0:00 estaba entrando en casa para, después de hacer maletas, y demás, acostarme a la 1:00. Para ajustar el reloj biológico prueben a agitar la muñeca, como en los de pulso.
Pues yo no tengo tantos, pero el del horno vale por 15. ¡No hay manera de ponerlo en hora sin el farragoso manual en la mano, lo odio! Tener una ingeniería superior vendría bien, pero no garantizaría el éxito.
Menos mal que los del video y el ordenador se ponen en hora solos. A ver si aprenden los señores de los hornos...
Fer por supuesto que eso ayudaría mucho. Lo cierto es que casi todos esos relojes los miro con cierta frecuencia. Pero es esa manía tan de los informáticos, de incorporar a los aparatos prestaciones no necesarias, como dar la hora, hacer cubitos de hielo, etc.
atleta ¿y cómo se las apaña? no nos engañe, que ya me sé yo que a usted le hierve la sangre.
bolero extiéndase un poco más, que si no me la tararea... ;-)
cat inmensa desdicha la suya porque usted, amigo mío, sí que no recupera esas horas... como no se vuelva por octubre a Portugal...
Un, o sea D.Ferran debo confesar que son 22, me olvidaba del del coche (lo he contabilizado esta mañana) pero he exgareado un poco, el del horno me lo ha programado mi hijo, que también es de ciencias culinarias, y lo mira mucho.
nubolari Lo dicho, échese usted un científico cocinero y arreglado, a cambio le puede usted perder dos o tres libros en la taza del café. Por cierto que le debo a usted una llamada ¿vale que se la hago dentro de un rato y me cuenta cómo se autoinmola el reloj del video?
lu tengo, tengo, y encima no está entre los 21, porque no lo considero reloj de los d emirar. Es terriblemente hortera pero estoy estudiando, ayudada de un libro, la maravilla Stonehenge.
señor libro a servidora le encantan, pero este del que le hablo... representa en diminuto la mmaravilla prehistórica de este lugar Estoy aprendiendo a predecir los eclipses de luna con él.
Bueno, yo eximiría en este caso de culpa a los informáticos. Creo que lo del reloj es más bien cosa del 'marketroide' de turno o del tonto-útil que tiene que decidir sobre esas cosas: 'total, cuesta poco...'