Vayamos por partes. Esta no es una fiesta de disfraces propiamente, pero se le parece mucho, tanto que yo me atrevería a afirmar que es una fiesta de disfraces.
No tengo claro cuál de todas estas duquesas de Alba va a ser la que me acompañe el día de autos, pero... una de ellas: o sus pelos o los míos, o sus mofletes o los míos. Pero todo junto, y más bien revuelto.
¿Y ustedes? ¿Ya han encontrado su disfraz? ¿Me ayudan a elegir el mío? ¿Les ayudo yo?






Pues que digo yo que dará lo mismo cómo sea la foto ¿no? La cosa es que se hayan reido ustedes un buen rato de sí mismos y otro rato del resultado.